martes, 11 de junio de 2013

TRÍPTICO Nº 6



R.A.S.H LEÓN #6 - LUCHA OBRERA.

“Hace ya mucho tiempo que la vida se ha transformado en valor mercantil. Eso que se reproduce hoy con el genoma no es otra cosa que su continuidad. Es también un principio: hasta aquí los hombres no habían hecho más que vender su tiempo y su trabajo. Y ya el pensamiento se ha empobrecido hasta el punto de que los “sabios” creen que algunas moléculas son las claves del destino.” Christian Fons.

6.202.700 parados, las escandalosas cifras que estamos viendo cada día en los telediarios y en los periódicos, 57,2% de paro juvenil. Estas son las cifras que nos han de remover por dentro la conciencia, las que nos han de despertar de este letargo de falsa comodidad, la tasa de paro ya alcanza el 27,16% y podemos observar como más de 1,9 millones de hogares se encuentran con todos los miembros de la familia en paro, no podemos cerrar tanto los ojos como para no ver que estas cifras siguen en alza cada día.

Pero esta no es más que la consecuencia del capitalismo voraz en el que las personas no somos más que fuerza de trabajo, no somos más que herramientas de usar y tirar. Estas suposiciones han sido obtenidas por cuestionamientos a menudo violentos del contrato social, contrato basado en el intercambio mercantil de la fuerza de trabajo y de sus producciones. Ahora entonces, aquello que parecía progresar aquí y allá ha sido negado, al mismo tiempo que la consolidación de la sumisión moral y práctica, lo que a todas luces beneficia al estado capitalista. Al final de este proceso histórico de acumulación exclusiva, la impotencia del individuo en el mercado es total. Sometiéndose desde su nacimiento a la ley del valor, su libre voluntad (al parecer garantizada por los derechos del hombre), no puede ejercerse más que en el interior de un marco impuesto, que no es más que el de la economía capitalista. Su dependencia en todo momento de los dispositivos técnicos y administrativos, de las herramientas que lo delimitan y sobre los cuales no tiene ningún control (pues debe pagar constantemente por todo), que no puede entender ni reparar, le hacen cada vez más una criatura menos capaz de captar la vida en su unidad y pronto de la vida en la sociedad; y por tanto de comprenderla. Esta es la mayor arma con la que cuenta este sistema, el de individualizar al individuo y acabar con cualquier atisbo de unidad, de lucha, de cambio. Por eso aumenta la represión contra los grupos que pretenden hacerles frente, por eso aumenta el descontento de la sociedad, somos conscientes de la organización de muchos sectores obreros, por lo que pretendemos cambiar el sistema impuesto, y derogar esta ley no escrita del beneficio económico por encima de las personas. Queremos que se rescaten familias y no bancos, queremos una unidad obrera de lucha combativa, es necesario un cambio de escena que nos haga recuperar el juicio y los derechos.



Se toma como premisa que la revolución pasa a través del cuerpo, que la condición proletaria es cada vez más universal y que la vida cotidiana es el auténtico lugar de la guerra social.

R.A.S.H León (///).
Libertad, Igualdad y Solidaridad.